Manuel Gonzáles Prada en 1884. Imagen descargada de Google Images. |
Volviendo a los artículos de análisis y corte histórico, en las próximas semanas se publicarán en Líneas Personales algunas entradas vinculadas a la religión católica y el pensamiento de cuatro intelectuales peruanos: Manuel Gonzáles Prada, José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre y José de la Riva-Agüero y Osma.
Cada una de las referidas entradas será divida en dos partes para facilitar su lectura. Asimismo, los trabajos se irán presentando en el orden a que se refiere el párrafo anterior.
1. Manuel Gonzáles Prada (1844 - 1918)
No sería erróneo afirmar que
Manuel Gonzáles Prada fue uno de los intelectuales peruanos más destacados de
su tiempo, esto es de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Respaldamos pues la descripción
que - sobre este autor – efectúa Sobrevilla (2008) en el sentido que Gonzáles Prada fue “el mayor intelectual y escritor peruano del siglo XIX – o para ser más
precisos: de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX - (…) sus ensayos continúan siendo uno de los
logros más altos de la literatura peruana[1]”.
Pero la grandeza de Gonzáles
Prada no radica en la riqueza semántica de sus ensayos, o en la calidad
provocadora de su poesía, sino más bien en las posturas ideológicas y políticas
que este autor mantuvo frente a una serie de asuntos sociales, como la
exclusión y absoluto estado de pobreza de los indígenas, la calidad de los
políticos peruanos, el rol jugado por la religión católica en el desarrollo del
Perú, las ambiciones de los caudillos nacionales, entre otros. Sin embargo,
esta entrada tiene por finalidad describir las opiniones que Gonzáles
Prada tenía respecto del catolicismo y la Iglesia y por lo tanto estará
centrada exclusivamente en ellas.
En tal sentido, abordaremos
el tema de acuerdo al siguiente enfoque: en primer
lugar, me referiré a la crítica que – a nivel dogmático – le hace Gonzáles
Prada a la religión católica como ideología obstruccionista del desarrollo
peruano; en segundo término, hablaremos de la crítica de Gonzáles Prada a la
religión católica como institución corruptora de la educación en el Perú; y, finalmente,
como doctrina que oprime y somete al género femenino (dicho acápite se publicará posteriormente en la parte II de esta entrada).
En variados escritos,
Gonzáles Prada destaca que la religión católica es, en esencia, una ideología política
que se ufana de considerar a la tierra como una mera vía hacia otra existencia
y que, en ese sentido, exige de sus creyentes un comportamiento pasivo y
respetuoso del statu quo. Dicho de otra forma, en la práctica la religión
católica ordenaría a sus fieles que acepten todo tipo de injusticias e
inequidades sociales, pues de tal forma accederán a premios y estipendios en la
otra vida: el poner la otra mejilla ante un caso de agresión y/o injusticia
social es una lección recogida por la propia Biblia, que para Gonzáles Prada es
el ejemplo ilustrativo del comportamiento de los católicos recalcitrantes ante
el desarrollo y la evolución social.
En sus propias palabras, nos
indica que: “Una religión que se afana
por considerar la Tierra como un tránsito y la vida futura como una habitación
definitiva, concluye por entregar el mundo a los fuertes y audaces. Si el
“valle de lágrimas” nos ofrece poco y la eternidad nos promete mucho, dejemos
para otros lo menos y guardemos para nosotros lo más. Viviendo espiritualmente
sin preocuparnos de la materia, dejemos que en nuestro cuerpo, desaseado y
repugnante, nuestra alma florezca y perfume como rosa un cementerio[2]”.
Dado que según esta
concepción el catolicismo legitimaría la existencia de regímenes injustos y, en
general, situaciones sociales de atraso como la pobreza y el racismo, Gonzáles
Prada denuncia que el catolicismo institucional, en variedad de ocasiones, se
ha opuesto abiertamente a la ejecución de medidas que redundarían en la
evolución y progreso del hombre. De tal forma, señala que “Desde la libertad del esclavo hasta la emancipación de la mujer, y
desde la independencia de las naciones hasta la inviolabilidad de las
conciencias, todas las grandes reformas encontraron en la Religión Católica un
enemigo, ya descubierto, ya embozado[3]”.
Pero no sólo el catolicismo
vendría a ser un enemigo solitario de estas reformas y medidas de cambio. Para
Gonzáles Prada, la institución de la Iglesia nunca ha descuidado la
inteligencia política y desde siempre ha establecido alianzas con sectores
poderosos de la sociedad. Nos dice pues el autor que la Iglesia Católica, a
fines del siglo XIX, figuraba como “el
aliado inevitable de todos los opresores y de todos los fuertes: donde asoma un
tirano, cuenta con dos armas – la espada del militar y la cruz del sacerdote[4]”.
¿Cuál es la solución que plantea Gonzáles Prada ante esta perniciosa
influencia de la religión? Dado que “El
catolicismo encierra una perenne amenaza a la civilización moderna, una latente
revolución a la inversa, un poder que incesantemente se afana por rehacer la
Historia con el fin de borrar los rastros de la Revolución francesa, suprimir
la Reforma, anular el Renacimiento y sumergir a la Humanidad en la penumbra de
la Edad Media[5]”,
la solución que nos plantea el autor es sencilla: eliminar de la legislación peruana
todo tipo de influencia religiosa, anulando el ámbito de acción de la religión
en la política y circunscribiéndolo a un sector estrictamente individual,
aislado de cualquier tipo de contacto con el pueblo a través de instituciones
como las escuelas y/o universidades[6].
Respecto de
la influencia de la religión en la educación en el Perú, Manuel Gonzáles Prada
es uno de los críticos más feroces de la instrucción religiosa y sus efectos en
el desarrollo nacional. Se cuestiona,
por ejemplo: “¿Qué resulta de una
enseñanza fundada en el catecismo? El niño abandona desde temprano el mundo
real para vivir en una región fantasmagórica. Adaptándose a un medio milagroso
donde, en lugar de leyes inmutables, reinan voluntades flexibles, irregulares y
arbitrarias, concluye por tomar a lo serio los mitos y leyendas de los libros
sagrados, como un campesino cree verídicas las novelas de Dumas o vivientes las
figuras de una linterna mágica[7]”.
Pero ¿Cuál es el efecto principal que – en términos
políticos – Gonzáles Prada atribuye al
catolicismo? El autor señala que “Las
brutales y grotescas dictaduras de la América española son un producto genuino
del catolicismo y de la educación clerical. En naciones protestantes, donde el
hombre adquiere desde niño la noción de su propia dignidad, donde el respeto a
sí mismo le inspira el respeto a los demás, donde todos rechazan la creencia en
autoridades infalibles y obediencias pasivas, allí no se concibe un Francia, un
Rosas, un García Moreno ni un Melgarejo. Pero el catolicismo con sus dos
morales, una para la autoridad y otra para el súbdito, es una verdadera secta
de esclavos tiranos[8]”.
Ahora bien, en este extremo, hubiera sido interesante conocer la opinión de
Gonzáles Prada dado el caso, por ejemplo, de la dictadura Nazi en Alemania.
Siendo esta una nación protestante, sería interesante conocer en qué medida ese
mismo individualismo destacado por Gonzáles Prada jugó un rol preponderante en
el ascenso del nazismo al poder y la comisión de los crímenes por lo que este
es mundialmente conocido.
[1] David Sobrevilla (editor). “Manuel
Gonzales Prada ¡Los jóvenes a la obra! Textos Esenciales”. Lima: Fondo
Editorial del Congreso de la República del Perú (2009), p. 19.
[2] Manuel Gonzáles Prada: “La
Instrucción Católica”. Publicado en:
David Sobrevilla (editor). “Manuel Gonzales Prada ¡Los jóvenes a la
obra! Textos Esenciales”. Lima: Fondo Editorial del Congreso de la
República del Perú (2009), p. 131.
[3] Manuel Gonzáles Prada. “Conferencia
en el Ateneo de Lima”. Publicado en:
David Sobrevilla (editor). “Manuel Gonzales Prada ¡Los jóvenes a la
obra! Textos Esenciales”. Lima: Fondo Editorial del Congreso de la
República del Perú (2009), p. 225.
[4] Op. Cit.
[5] Op. Cit., 230.
[6] Op. Cit.
[7]
Manuel Gonzáles Prada: “La
Instrucción Católica”. Publicado en:
David Sobrevilla (editor). “Manuel Gonzales Prada ¡Los jóvenes a la
obra! Textos Esenciales”. Lima: Fondo Editorial del Congreso de la República
del Perú (2009), p. 129.
[8] Op. Cit., 131.
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