El martes pasado, líderes de varias potencias se reunieron para homenajear a las víctimas de la guerra, en la localidad polaca de Gdansk. Entre ellos, Vladimir Putin, primer ministro de Rusia, hizo unas declaraciones que decepcionaron al pueblo polaco y dejaron muy claro que Europa, incluso en la actualidad, no ha logrado cicatrizar las heridas que se abrieron a raíz de este triste suceso histórico.
Con respecto al significado de esta fecha, sería ingenuo que yo pretenda escribir un artículo comentando todos los episodios militares de la guerra, haciendo hincapié en su connotación política, ya que dicha tarea sería infinita, inacabable y ridícula (cada día se descubren nuevos documentos, pruebas y sucesos). Más bien, en este artículo, quisiera concentrarme en
Como preámbulo, vale señalar que la segunda guerra mundial nos muestra marcadas enemistades políticas. Por un lado Alemania e Italia, dos estados fascistas y su visión decadente del mundo capitalista, que – según su política – pretendía convertir al hombre en un esclavo de las finanzas y el capitalismo internacional (de “propiedad judía”); versus las democracias occidentales de corte liberal, como Inglaterra, Francia y Estados Unidos, para quienes el fascismo no era más que un nacionalismo fanático, trasnochado y pueblerino, que – además de promover la unidad a través de la xenofobia – dificultaba la integración política o comercial entre las naciones. Por otro lado estaba
Es importante entender, sin embargo, que bajo el telón soviético y el gobierno de Stalin se encontraban agrupadas diversas razas y pueblos. Por ejemplo, naciones como Ucrania o Irán, con lenguas y culturas propias, se hallaban dominadas por la organización moscovita y su liderazgo político. Y – entrando ya a nuestro tema – cabe decir que este liderazgo no era descentralizado ni integrador. Más bien, era centralista y excluyente. Pretendía destruir la visión cultural de estos pueblos con la finalidad de crear al “nuevo hombre”, a través de un ordenamiento social colectivista, represivo y totalitario. Es decir, debe quedar claro que en el oriente de Europa - antes del estallido de la guerra - ya se vivía una situación extrema (yo diría de guerra), patrocinada por un estado dictatorial que - tras el velo político de la “socialización” - pretendía exterminar a las élites nacionales de los pueblos que habitaban su territorio (la hambruna generada en Ucrania, donde murieron más de 6 millones de personas, constituye la más clara muestra de este tipo de políticas).
Hablando de genocidios. Página de un diario norteamericano, antes de que la Unión Soviética y USA fueran antagónicos, que informa sobre el genocidio (Holodomor) ocasionado en Ucrania por Stalin.
A pesar de ello, la historia convencional reconoce que el estallido fáctico de la guerra ocurrió el 01 de septiembre de 1939, cuando Alemania atacó Polonia de modo sorpresivo. Al respecto, es importante resaltar que este factor sorpresa fue puramente circunstancial, pues tal agresión militar no hizo más que materializar los planes de Hitler – ampliamente expuestos en “Mi Lucha” – sobre la colonización del este europeo en pos del “espacio vital” del pueblo alemán. Es decir, a pesar de los esfuerzos diplomáticos realizados por algunos sectores políticos para evitar la guerra, bastaba con leer el libro de Hitler para comprender que la germanización del este europeo – a través de la invasión de Polonia – era inevitable.
Es bajo esa idea que las fuerzas militares de Alemania lanzaron su ofensiva, encontrando pequeños focos de resistencia polacos que fueron eliminados al compás de la guerra relámpago. Sin embargo, lo que determinó el éxito de esta invasión no fue la estrategia militar de Hitler ni la potencia de sus ejércitos. Más bien, lo que provocó la caída de Polonia fue la invasión soviética del país, llevada a cabo el 17 de septiembre de 1939, dos semanas después que se iniciara el ataque alemán. Éste acto – que dejó conmocionada a la comunidad internacional - constituye uno de los sucesos más cobardes de la historia contemporánea, puesto que significó la invasión – por parte de la URSS - de un país debilitado, agredido injustamente, que estaba al borde del colapso en la lucha por su supervivencia.
Así pues, mientras Alemania invadía Polonia (por el oeste) las fuerzas soviéticas lanzaron su ataque (por el este), haciendo gala de una cobardía desfachatada, en perjuicio de un pueblo polaco que apenas podía sostenerse. Y eso deja mucho para el análisis. Acaso una importante reflexión: el Reich Alemán y
Por otro lado, hoy se sabe - para mal de los que lo negaron - que la amistad nazi soviética fue más allá de la simple cooperación en la ocupación del país conquistado. En la actualidad, documentos desclasificados de
La respuesta a tal inquietud presenta una sola verdad, hoy cubierta por una pérfida, simbólica y sanguinaria palabra: KATYN. Fue en los bosques de Katyn donde se llevó a cabo el genocidio de casi la totalidad de intelectuales y oficiales militares de Polonia, capturados por
Y sin embargo, mientras verdugos soviéticos trasquilaban a la población civil y la oficialidad militar de Polonia, los aliados – cegados por su odio a Alemania – sólo combatían a esta nación, dejando las manos libres a
De este modo, Stalin tuvo todo el tiempo del mundo para masacrar al pueblo polaco, mientras trazaba desde Moscú las nuevas fronteras de su imperio y Alemania, su aliado, constituía el único enemigo a vencer por parte de los Aliados.
Sin embargo, la rápida victoria de Hitler en occidente (1940) - que sacó a Francia de la guerra y expulsó a los ingleses de Europa - cambió los planes de Stalin. Ahora el dictador Soviético sabía que Alemania, ya sin rivales que vencer en Europa occidental, volvería su mirada hacia el este. Y sabía también que los pueblos que oprimía hace mucho tiempo en esa zona estaban desesperados por adquirir su libertad. Estos pueblos - que no tenían idea de lo atroz que era el Reich Alemán - recibirían a cualquier ejército extranjero como una verdadera legión libertadora. Así pues, tomando en cuenta la existencia de estas naciones, Hitler traicionó a su aliado soviético, atacándolo en 1941, arguyendo una supuesta “liberación” de los pueblos europeos que vivían bajo la represión bolchevique (y ahora “judaizante”) de Stalin.
En ese momento, cuando Stalin comprendió que Hitler pretendía aniquilarlo (con severas chances de éxito), pidió el apoyo de Inglaterra, Francia y Estados Unidos – “las burguesías decadentes” - manifestando que su pacto con
Es así como, gracias al apoyo aliado, las tropas soviéticas pudieron defenderse y - al cabo de tres años - tomar Berlín en contra ataque, logrando extender el dominio comunista desde Moscú hasta el corazón mismo de Europa. Superando con creces cualquier planteamiento inicial de Stalin. Convirtiendo a la Unión Soviética en un imperio con aspiraciones de dominio mundial. Haciendo ahora, no sólo de Polonia, sino de diversas naciones europeas, estados satélites al servicio de Moscú. Es importante entender que la segunda guerra mundial tuvo un solo vencedor, y éste fue
Para estos pueblos, la derrota de Alemania no supuso ninguna liberación, sino simplemente un cambio de opresor. Cuando se retiró el ejército alemán, llegó el ejército soviético, que probó ser igual - o más letal - que su atencesor. No hay que ser ingenuos: la libertad en Europa, en la segunda guerra mundial, no llegó con la "liberación".
Cuando británicos, franceses y norteamericanos comprendieron el error que cometieron, al permitir que
Quizá si las potencias aliadas hubieran tomado en cuenta la importancia de esta realidad, y hubieran destruido a
En cuanto a los crímenes cometidos en la guerra, la memoria histórica exige que las sociedades castiguen siempre a sus verdugos (sean éstos de la ideología que sean). Con respecto a
Yendo todavía más lejos,
Para concluir debo afirmar - respaldando a los medios polacos - que Vladimir Putin ha empañado la ceremonia de homenaje al estallido de la guerra mundial, llevada a cabo la semana pasada en Polonia. Mientras que Angela Merkel - haciendo gala de la estigmatizada sociedad alemana - volvió a pedir perdón por los crímenes cometidos por los nazis, el primer ministro ruso, renuente a aceptar la responsabilidad de su país, tuvo la gracia de afirmar que los excesos cometidos por
Habría que repetirle al señor Putin la enseñanza de Jorge Basadre Grohmann, quien dijo que la “historia no es únicamente lo que fue, sino lo que va siendo y lo que - si no se entiende - sin duda volverá a ser”.
2 comments:
Viejo Kulak, como dijo alguna vez un buen francés: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero daria mi vida por defender tu derecho a decirlo".
Tu articulo podria ir incluso mas lejos.
La URSS estuvo metida en todas las revoluciones, en todos los lugares del mundo. Para conseguir sus objetivos incluso lleno de bombas nucleares lugares donde nunca habian existido tales armamentos.
Yo creo que hasta el MRTA (copia mala del 26 de julio cubano) no hubiera existido si la URSS hubiera desaparecido en la 2da.guerra, cuando estuvo mas debil.
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